Este domingo pasado volvimos a ir a la perrera, pero esta vez fuimos 6 de los 7 que somos en el equipo.
Los dos voluntarios que conocimos la semana anterior no estaban, había otros dos, junto con un niño de nuestra edad ayudando allí.
Esta vez tan solo estuvimos en “la casa abandonada de arriba”, las condiciones en las que viven estos perros son realmente precarias y las condiciones con la que los voluntarios y algunos trabajadores trabajan, lo son también.
Unos estuvimos paseando a los perros mientras otros limpiaban las jaulas. Se nos escaparon perros de las jaulas ya que para subir al piso de arriba hay que mover un panel de madera el cual deja un pequeño hueco en una jaula. Corrimos tras ellos por toda la finca para volverlos a llevar a su jaula un par de veces, pero se portan sorprendentemente bien, al fin y al cabo son todos muy buenos y cariñosos.
Además de eso, estuvimos pensando en ayudar de otras formas también, como por ejemplo; ayudar a construir un cercado para tener sueltos a los perros mientras limpian las jaulas (cosa que estamos concretando con la coordinadora) y hacer difusión de las condiciones en las que se encuentran los perros y sus voluntarios, para que así más gente se haga socio y aporte su granito de arena, ya que carecen de subvenciones.
Hasta la próxima!!
